Entre tanto chance, unos desvelos nada alegres y para más chingar una gripe que menos mal no fue porcina pero que igual arruinó mi fregadera del fin de semana, regreso con un reKontrachingazal de muladas, pajas y mentiras que contar. Bueee... tal vez no sean tantas, pero más de algo encontraran en este pinche despepute. Claro, divorciarme de la influencia de mi verdadero yo resulta imposible y así damos ciertos giros como retomar el anhelo por viajar al lejano oriente y al viejo mundo pero en máquina del tiempo. Eso si, tampoco descuidamos la actualidad nacional como el festival del Centro Histórico, el ámbito internacional con la crisis financiera, la crisis del fú bol argentino y la crisis de la pornografía en la República Checa y mi crisis pansexual... ahh no esta chingadera es personal, táchenla, delen tachen tachen. Pero bueno, my dears, hoy martes desde el changarro de siempre agarramos aviada y nos vamos a todo pulmón (de Indita vaa) a darnos contra la pared ya que atraversarla es una cuestión de fe interna, huevos y una ayudita de Cohesión Social.
Kimitake Hiraoka es uno de los personajes más interesantes de la reciente historia de Japón. Les confieso que fui ya conseguí una mi alcancilla (pués, un garrafón de agua vacío) para empezar el ahorro e irme a ver que ondas en el lejano oriente, particularmente en Japón. Pero bueno, esas serán mis masturbaciones mentales, mejor sigamos con Hiraoka quien es mejor conocido como Yukio Mishima. El maje escribió poesía, novelas, ensayos y obras y publicó libros como si fuesen churros, más de cien de diversos géneros, pero bueno empezó de bien bien güirito. Antes de los doce años ya había leído a varios clásicos ponjas y occidentales y empezó a escribir. Era de esa mara destinada a dejar huella, de aquellos que escriben no solo en base a su experiencia personal sino también a todo lo que aprehendieron leyendo a los clásicos. O sea no era de esos pizados que no leen pero que escriben y después nos reclaman aplausos por descubrir el fuego, el agua azucarada, la rueda y la eyaculación precoz (pués no lo digo por mi, ojo, yo leo un chingo la sección deportiva de Nuestro Diario y la revista Hola y escribo en un bló llamado Despepute).
No puedo hablar de su obra, pues del putarrazal de textos apenas he leído unas cuantas, pero tomando en cuenta el contexto histórico y el Japón de la posguerra no debe sorprendernos que el cuate halla dejado huella. Trató temas sobre los choques del conservadurismo y el honor con la homosexualidad, el suicidio, el amor apasionado, etc. Su tetralogía Már de Fertlidad (Hojo no Umi) esta compuesta por cuatro novelas en las que un jóven abogado tiene que lidear con lo que él considera son reencarnaciones de so mejor amigo de la infancia. Consciente de lo que la sociedad espera de cada uno de los personajes que su amigo encarna y del posible castigo social, el jóven abogado procura "salvar" a cada personaje. Mishima hace a través de dichas novelas una crítica a la sociedad japonesa de la posguerra utilizando medios ficticios basados en la mitología y la fantasía.
Durante la segunda mitad de los sesentas, Mishima, adquirió una militancia política muy explícita y controversial. De jóven miembro del Tatenokai, una especie de guardia pretoriana, que juró lealtad eterna al emperador, sin embrago, no a la persona sino a la institución que Mishima llego a considerar la esencia de Japón. Mantuvo una visión romántica por retomar el sistema socioeconómico del shogunismo que prevaleció en Japón hasta el siglo XIX y era un fiel seguidor del bushido que es el código de los samurais. Si bien, esta simpatía era conocida por todos en Japón, fue hasta finales de los sesentas que tomo un giro más activo en la política de su país. Fue entonces a finales de 1970 que junto con otros antiguos miembros del Tatenokai tomó las instalaciones de uno de los principales cuarteles militares de Japón y luego de leer un manifiesto exigiendo la reinstalación del emperador y un regreso al antiguo régimen, se suicido según el ritual de seppuku. Para muchos dicho acto fue planificado y orquestado para lograr el objetivo de inmortalizar de cierta forma la obra de Mishima y en efecto paraece que se ha hablado más de él después de su muerte que durante su vida, pero igual eso queda en cada quien, en el despepute nos quedamos con el autor y su obra.
PD: El Calzoncitos, Barra Show también regresa con la crisis ¿o no? del capitalismo.
Kimitake Hiraoka es uno de los personajes más interesantes de la reciente historia de Japón. Les confieso que fui ya conseguí una mi alcancilla (pués, un garrafón de agua vacío) para empezar el ahorro e irme a ver que ondas en el lejano oriente, particularmente en Japón. Pero bueno, esas serán mis masturbaciones mentales, mejor sigamos con Hiraoka quien es mejor conocido como Yukio Mishima. El maje escribió poesía, novelas, ensayos y obras y publicó libros como si fuesen churros, más de cien de diversos géneros, pero bueno empezó de bien bien güirito. Antes de los doce años ya había leído a varios clásicos ponjas y occidentales y empezó a escribir. Era de esa mara destinada a dejar huella, de aquellos que escriben no solo en base a su experiencia personal sino también a todo lo que aprehendieron leyendo a los clásicos. O sea no era de esos pizados que no leen pero que escriben y después nos reclaman aplausos por descubrir el fuego, el agua azucarada, la rueda y la eyaculación precoz (pués no lo digo por mi, ojo, yo leo un chingo la sección deportiva de Nuestro Diario y la revista Hola y escribo en un bló llamado Despepute).
No puedo hablar de su obra, pues del putarrazal de textos apenas he leído unas cuantas, pero tomando en cuenta el contexto histórico y el Japón de la posguerra no debe sorprendernos que el cuate halla dejado huella. Trató temas sobre los choques del conservadurismo y el honor con la homosexualidad, el suicidio, el amor apasionado, etc. Su tetralogía Már de Fertlidad (Hojo no Umi) esta compuesta por cuatro novelas en las que un jóven abogado tiene que lidear con lo que él considera son reencarnaciones de so mejor amigo de la infancia. Consciente de lo que la sociedad espera de cada uno de los personajes que su amigo encarna y del posible castigo social, el jóven abogado procura "salvar" a cada personaje. Mishima hace a través de dichas novelas una crítica a la sociedad japonesa de la posguerra utilizando medios ficticios basados en la mitología y la fantasía.
Durante la segunda mitad de los sesentas, Mishima, adquirió una militancia política muy explícita y controversial. De jóven miembro del Tatenokai, una especie de guardia pretoriana, que juró lealtad eterna al emperador, sin embrago, no a la persona sino a la institución que Mishima llego a considerar la esencia de Japón. Mantuvo una visión romántica por retomar el sistema socioeconómico del shogunismo que prevaleció en Japón hasta el siglo XIX y era un fiel seguidor del bushido que es el código de los samurais. Si bien, esta simpatía era conocida por todos en Japón, fue hasta finales de los sesentas que tomo un giro más activo en la política de su país. Fue entonces a finales de 1970 que junto con otros antiguos miembros del Tatenokai tomó las instalaciones de uno de los principales cuarteles militares de Japón y luego de leer un manifiesto exigiendo la reinstalación del emperador y un regreso al antiguo régimen, se suicido según el ritual de seppuku. Para muchos dicho acto fue planificado y orquestado para lograr el objetivo de inmortalizar de cierta forma la obra de Mishima y en efecto paraece que se ha hablado más de él después de su muerte que durante su vida, pero igual eso queda en cada quien, en el despepute nos quedamos con el autor y su obra.
PD: El Calzoncitos, Barra Show también regresa con la crisis ¿o no? del capitalismo.
3 comments:
Así que todo este tiempo estuviste leyendo a Hiroaka? Eso se llama invertir bien el tiempo de gripe. A este autor no lo conocía. Tu reseña está muuuuuy buena e interesante. Gracias.
Yo me ando con "El lector", está muy bueno.
Así que el estamos ahora en el capítulo: "El Kontra Kontraataca"? Qué bueno que volviste con toda la energía. Te extrañamos un montón.
Un rekontra saludo de la agente 99, ejem, quiero decir, ixmucané ;-)
Ay va!, kontra qué curioso, ¿te diste cuenta de su enorme parecido con Carradine? (David, no Keith), jajaja dicen que todos tenemos un doble en alguna parte , está claro que sí .
Muy bueno eso de los que no leen pero luego reclaman el aplauso por saber hacer el cero con un canuto (= tubo), muy bueno; me encanta.
Y sí, son curiosas este tipo de personas que primero parecen militar en un bando y luego se pasan al contrario o lo parece y luego ... de pronto hacen una cabriola y retornan a lo de antes... Yo, por si acaso no me fiaría de cuál es la creencia verdadera realmente , máxime cuando se tiene premeditada la entrada triunfal final con tanta antelación, casi un año según ví . Raras personalidades que coquetean con la muerte y los grandes "gestos", son personalidades con las que un@ nunca sabe. Y casi mejor : ni averiguarlo , no sea cosa que se nos pongan los pelos tiesos ...
La verdad no sé quien es -lo confieso-, más allá de lo que cuentas aquí y lo que sé un poco de por allí, pero ha sido bueno leer la acotación. Digna de tener en cuenta. Trataré de averiguar ...
Beso ^_^
Agente 99, ejem, ixmucané, gracias por las palabras alentadoras, he estado dando vueltas poraí, bastante ocupado, pero ya de vuelta tratando de entrar en sintonía de nuevo, siempre me pase por tu blog, aunque comente hasta después. Un abrazote :)
Querida Femme: Bueno lo confieso, hace unos años me tome un tiempo para sumergirme un poco en la historia de Japón previo a la Segunda Guerra y me encontré a este interesante personaje. Encontré algunos libros y "voilá" se me vino a la mente hace poco que habalaba precisamente del imperio del sol naciente en una reunión. Que estes muy bien... abrazotes!!!
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